Respiro _ 11 de octubre 2016
Las horas, el día, las nubes pasan, un gris sobre el mundo y mi pensamiento en su nostalgia.
Arraigada la ansiedad se desdobla agitada, pétrea ella, inmejorable, como la fascinación de lo inevitable ante los ojos.
Se me cayó el miedo, el corazón, lo normal, un retazo de cielo por encima del infierno.
Aquí mismo tan inverosímil, sin unisonos, desérticamente, a través y desde como siempre hasta donde deba ser.
Las ruinas saben de verdades y miradas, como también de temblorosos corazones agónicos.
Y mientras sea lo debido y resquebraje mis fundamentos, respiro, sólo respiro.
A. Collante
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