Entretejido I _ 03 de abril de 2012
Anida el peso sobre el músculo latiendo
Como arena de un reloj imparable
Sobrepesos en el alma infinita
Que flamea en su acto incendiario
Bravo el lenguaje pero acertado el destino
Que empuja los actos trascendentes
Y condiciona la mano al antojo rancio
De avanzar incesante hasta el éxito o el fracaso
A. Collante
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