Sombras I _ 10 de septiembre 2011
Agoté las horas en perpetuo silencio
Renuente al cambio distante al sueño
Descubrí las sombras alojadas dentro
Peleando rabiosas por bellos recuerdos
Enalteciendo las valías de un hombre
Me hallé tan perdido y tan sediento
Desmejorado en el alma en sus latidos
Con el rostro vencido y las manos muertas
Agote las horas en ideas en posibilidades
Todos llenos de su innata franqueza
Y tuve el valor de un perro herido
En la voz orgullosa de un grito de piedad
Ahora el pecho es un lamento sin fin
Una cadena de eventos sin bríos
Que transformó agriamente mi mirada
En el espejo del mundo de los hombres
Es cierto, agoté en todo mi pecho
Y aquello que debió ser hermoso
Me representa en lo terrible de vivir
Y me enluta robustamente entre sombras.
A. Collante
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